Tenía 17 años, tres meses y 22 días. Jugaba el Barça en Montjuïc, pero como visitante. Era entonces (16 de octubre de 2004) la casa de alquiler que tenía el Espanyol. Y el partido ya estaba 0-1 para el equipo de Frank Rijkaard cuando aparecía un adolescente tímido de Rosario, que había llegado a La Masia cuatro años antes, sobre el césped de la montaña olímpica.
Hace hoy justamente 20 años del debut oficial de Lionel Andrés Messi Cuccitini con la camiseta azulgrana sustituyendo, precisamente, a Deco, quien había marcado el único gol de aquella fría noche en el Estadio Olímpico con un joven Joan Laporta, el del ‘círculo virtuoso’, en el palco. El resto ya es historia.
Aquel niño se hizo tan grande que modificó, y para siempre, la historia del Barça. Y, por supuesto, del fútbol mundial. Él sigue jugando, ahora en el Inter Miami, Deco ha vuelto al Barça, pero como director deportivo, el Espanyol tiene casa propia en el estadio de Cornellà-El Prat y es, curiosamente, el Barça quien juega ahora de alquiler en Montjuïc.
Laporta, dos décadas después, sigue en el palco ejerciendo de presidente tras asumir el coste eterno de ser la persona con quien Messi se marchó de su casa. Rijkaard, el técnico que le abrió la puerta al hijo de Jorge y Celia, vive feliz en su anonimato, apartado del fútbol en Holanda.
¿Y él? Él, a lo suyo. Esta madrugada marcó Messi tres goles con la selección argentina en el aplastante triunfo sobre Bolivia (6-0), regaló dos asistencias y se convirtió, con 112 tantos en 189 encuentros, en el segundo máximo anotador de un equipo nacional en la historia. Solo tiene por delante a Cristiano Ronaldo, que ha anotado 133 con Portugal.
«Me mueve esto. Disfrutar de ser feliz donde estoy. A pesar de la edad cuando estoy acá parezco un pibe porque me siento cómodo con este plantel. Mientras me sienta bien, seguiré disfrutando»
Han pasado 20 años y la vida sigue igual para Leo. «Me mueve esto. Disfrutar de ser feliz donde estoy. A pesar de la edad cuando estoy acá parezco un pibe porque me siento cómodo con este plantel”, proclamó radiante tras sus tres goles.
«La verdad es que no me pongo fechas ni plazos. Mientras me sienta bien y pueda seguir rindiendo como pretendo, seguiremos disfrutando», dijo luego Messi abriendo así la puerta a continuar con la albiceleste hasta el Mundial 2026 que se disputará en Estados Unidos, el país que lo acoge ahora tras su frustrante paso por el Paris SG, club al que no quería ir, pero aquella tempestuosa salida del Barça -vino para renovar y se encontró haciendo, muy a su pesar, las maletas- no le dejaban otra salida.
Y Rijkaard se esfumó
Él no se ha movido de su sitio. Laporta, tampoco. Era el presidente del Barça entonces. «Lo que más me ha gustado de esta noche es el debut de Messi», dijo el dirigente aquel 16 de octubre de 2024. Y lo sigue siendo ahora, sin Leo y acosado por la oposición que no para de exigirle “transparencia” a su oscura gestión. Deco estuvo y está, aunque en lugares distintos.
«El debut de Messi no fue un premio sino que salió por su calidad. Vi a Deco un poquito cansado y Messi es zurdo, tiene un dribling muy bueno hacia dentro, puede chutar con su pierna izquierda”
Abandonó el excentrocampista el césped de Montjuïc (marcó el 0-1 en el minuto 9) para convertirse primero en agente de futbolistas y ahora, tras la salida de Mateu Alemany y Jordi Cruyff, en el arquitecto de la política deportiva del Barcelona.
Rijkaard, en cambio, se ha esfumado tras dejar, eso sí, un máster en la gestión de cómo impulsar, promover y tutelar la aparición de un genio único.
Detrás de Paulino Alcántara
«El debut de Messi no fue un premio sino que salió por su calidad”, argumentó entonces el técnico neerlandés. «Vi a Deco un poquito cansado y Messi es zurdo, tiene un dribling muy bueno hacia dentro, puede chutar con su pierna izquierda», explicó Rijkaard la noche en que se conoció ante el Espanyol de Lotina y 34.000 espectadores a ese rosarino introvertido y tímido que vivía cerca de La Masia, primero con su familia al completo, luego solo con Jorge, su padre.
Parecía una noche más. Un debut de otro chico más de La Masia. “Los jóvenes del filial pueden jugar en cualquier momento. Si no fuese así convocaría a mis amigos”, razonó el entrenador del Barça tras el triunfo sobre el Espanyol justo cuando Messi se convertía en el más joven (17 años, tres meses y 22 días) en debutar en los últimos 92 años. O sea, casi un siglo.
De Paulino Alcántara, que se estrenó el 25 de febrero de 1912 con 15 años, cuatro meses y 18 días, a Leo, el niño que ahora es padre de tres hijos. Todavía sigue deslumbrando, cambiando la industria del ‘soccer’ en Estados Unidos y defendiendo con honor la corona de campeón del mundo, la estrella que le faltaba, lograda en Catar hace dos años.
Ahora, con 37 años, su fútbol parece infinito.