Mi cuerpo ha aguantado mucho más que mi mente


Hay un gesto que define a Bea Ortiz. Antes de comenzar su entrevista con EL PERIÓDICO junto a la piscina exterior del Club Natació Sabadell, pregunta si debe sacar la medalla de oro olímpica ganada en París. Al ver cómo este periodista y el fotógrafo Jordi Cotrina no se la reclaman, amplía aún más su sonría, segura de que ella es mucho más que un éxito deportivo, aunque sea el más preciado. De 29 años y nacida en Rubí, no hay ahora mejor jugadora de waterpolo en el mundo que ella. Pero el agua, además de gloria, le trajo sufrimiento. En un futuro, sueña con disfrutar la vida de otra manera.

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