El Barça sigue en crisis. No gana en la Euroliga al Estrella Roja en el Palau. Ni tampoco en el clásico contra el Madrid. Llega a finales ajustados y pierde, como reconoció su entrenador Joan Peñarroya, porque no sabe gestionarlos. «Nos está faltando algo, pero lo vamos a encontrar», ha dicho el técnico azulgrana tras caer contra el equipo blanco, a pesar de tener en sus manos el último ataque para igualar o ganar el partido.
«Como les he dicho a los chicos hay que mejorar situaciones, pero le daremos la vuelta a la tortilla», ha reconocido Peñarroya asumiendo que cada vez la situación se complica. Los números son peores que hace un año cuando Roger Grimau se sentaba en el banquillo del Palau. En la Liga ACB, el balance es de siete victorias y seis derrotas que le envían al octavo lugar, el último que da acceso a la próxima Copa del Rey. En la pasada temporada, el resumen era de nueve victorias y cuatro derrotas.
En Europa todo es peor para el equipo de Peñarroya hundido en el undécimo lugar con un balance equilibrado: nueve victorias, nueve derrotas. Ahí si que está equiparado con el mal inicio que tuvo en su momento Grimau. El problema ahora es que el Barça no encuentra su identidad. Y va de derrota en derrota (son cinco en los siete últimos partidos), lo que compromete la viabilidad del nuevo proyecto.
!Estoy contento, sobre todo por la actitud del equipo. Ha sido un partido en el que no le hemos perdido la cara en ningún momento», ha dicho Peñarroya, asumiendo que «en las últimas semanas se nos escapan encuentros como este en las últimas acciones». Son acciones diversas, pero con algo en común. El equipo azulgrana no aprende de sus errores.
Finales no bien gestionados
«En los partidos igualados tenemos que mejorar algún rebote que se nos ha escapado en momentos importantes, alguna falta que les lleva al bonus en la que podemos estar un poco mejor, detalles en ataque», ha reconocido el entrenador del Barça, convencido, eso sí, de que su equipo «sabe que tiene que mejorar esas situaciones. Pero en cinco de los seis últimos partidos igualados no los hemos sabido ganar».
Estaba, además, indignado Peñarroya con el arbitraje, aunque prefirió morderse la lengua. «En la televisión se ven muy claras», dijo en alusión a una acción de Edy Tavares. «Es que no voy a decir nada más. Una es verdad que es posible falta a Edy, pero si no han pitado la falta es fuera de Edy. Y la segunda, que nos cuesta un triple de Facu, es clarísima. No estamos teniendo suerte tampoco», ha comentado el entrenador, indicando que «no voy a valorar el arbitraje. Creo que es evidente y es clarísimo. Entonces, no me toca a mí valorarlo».
Perdió en Bolonia por cinco puntos, caía con el Estrella Roja por cuatro, se derrumbaba en la última posesión en el clásico con el Madrid desperdiciando la posibilidad de empatar o ganar y se iba derrotado por el estrecho margen de dos puntos. Todo eso le ha sucedido al Barcelona en los nueve últimos días donde su única alegría fue ganar en casa al Andorra con suficiencia (105-79).
Sabe Peñarroya que falta «algo», pero no ha descubierto todavía la fórmula para solucionarlo. La tensión aumenta en el Palau ante la posibilidad, cada vez más real, de quedarse fuera de la Copa si no logra el Barça endererar el rumbo con tres partidos claves en apenas una semana: Juventut en el Palau (5 enero), Girona en Fontajau (7) y el viaje al Gran Canaria Arena (12).
Lo mismo ocurre con la delicada situación que se vive en la Euroliga donde el próximo 3 de enero visita la pista del Paris, una de las grandes revelaciones del continente, que ocupa la tercera posición, con 11 victorias y seis derrotas, teniendo otro complicado desplazamiento a la cancha del Monaco (9 enero) para probar si se da la reacción que espera, y al mismo tiempo, exige el club, con un vigilante Juan Carlos Navarro, el mánager general de la sección que no encuentra el camino. Repite ahora con Peñarroya los errores que ya cometió en su día con Grimau.