¿Ocupados o imbéciles?, por Lluís Carrasco


Flick, tras ser expulsado en el Benito Villamarín durante el Betis-Barça. / Ap / Cristina Quicler

Mi padre, que era un hombre sabio, me explicaba que, en realidad, la preocupación es un estado transitorio de imbecilidad del ser humano. Como el propio vocablo indica, estar pre-ocupado es esa sensación de angustia y temor que te invade “antes” de ocuparte del objeto o motivo de tu angustia. Curiosamente, cuando te ocupas de ese problema, la angustia desaparece ya tenga o no solución el conflicto… “Tengo que hacer eso… Tengo que solucionar aquello…” ¡Pero no abordamos realmente el problema ya sea por pereza, por inseguridad, incapacidad o por miedo! Y es eso realmente lo que nos desasosiega, nuestra limitación, inseguridad o incompetencia por enfrentarnos, no el problema en sí…

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