Se zambulló Raphinha un día de verano en las redes sociales y vio una camiseta del Barça con su dorsal, el 11, y el nombre de Nico Williams. Estaba al corriente el futbolista brasileño del interés del club en el delantero del Athletic, largamente difundido durante meses en varios medios, y fomentado también desde algunos integrantes de la entidad azulgrana. «Ver una foto como esta no me sentó bien», confesaba este martes Raphinha cuando, no solo no siente ninguna amenaza sobre su puesto de trabajo, sino que se ha aupado a un lugar preponderante en el equipo, más allá de haber sido elegido capitán por sus compañeros.
«La camiseta con mi número y el nombre de Nico Williams fue una falta de respeto», dijo Raphinha de la invención de un youtuber, «una broma de mal gusto» a la que replicó también en las redes sociales. «La gente hace lo que quiere, pone el número que quiere en las camisetas que compra, el nombre que quiere, pero deberían respetar a todos los jugadores del club que intentan dar lo mejor de sí mismos«, reflexionaba así, en genérico, en víspera del Barça-Bayern en el que el cuadro azulgrana se enfrenta a su peor pesadilla de los últimos años.
No hay ningún ánimo de venganza entre los azulgranas. «Lo que pasó, pasó; fue una lástima pero estamos enfocados en ganar los próximos tres puntos», aclaraba Raphinha. El año pasado no se cruzaron con el Bayern, pero el desenlace de la Champions fue funesto por igual ante el París Saint Germain. El extremo confesba estemartes que se veías «bastante cerca» de la final en la pasada campaña antes de que el cuadro francés les atornillara con el 1-4 de la vuelta que desbordó el 2-3 que habían arrancado en el Parque de los Príncipes. «Pelearemos por esta Champions y, si no la ganamos, pelearemos para llevarnos la próxima», prometía Raphinha, inasequible al desaliento. «Si trabajas fuerte, si seguimos trabajando fuerte, estamos más cerca de ganar los tres puntos que lejos», apuntó a modo de lema.
Partido 100 ante el Bayern
La imagen aquella con la camiseta usurpada, traspasada ya a un sustituto, no fue un factor que extrajera la mejor versión de Raphinha, sino «las ganas que tenía yo de dar lo mejor de mí mismo por el club, los años de contrato que me quedan [hasta 2027] y saber que debía adaptarme a otras posiciones en el campo». Su reconversión, «un poco táctica, un poco mental», que ha elevado muchísimo su rendimiento. El brasileño está firmando un inicio de temporada que le ha convertido en uno de los factores clave de la mejoría del Barça. Lleva seis goles y cinco asistencias. Su mayor registro anotador en las dos campañas anteriores fue de 10 goles.
Aún así, se siente examinado a diario con rigor, como si no hubiera liquidado del todo las dudas. «Los futbolistas siempre estamos en el punto de mira de los de los criticadores y hay que saber lidiar con esto, estar preparado, taparte los oídos y seguir trabajando», es la receta que se aplica.
Partido 100 ante el Bayern
Frente al Bayern cumplirá su partido 100 que espera celebrar con una victoria. Jules Koundé recibió su camiseta conmemorativa el domingo ante el Sevilla. Se la entregó Raphinha, el cuarto capitán, pero el único que corrió sobre el césped de Montjuïc. Araujo y Ter Stegen están lesionados, y De Jong fue suplente.
«Estoy bastante emocionado y feliz por ser uno de los capitanes», explicaba, «significa mucho para mí, es un orgullo enorme». Raphinha repitió lo identificado que se siente con el Barça y su deseo de ser recordado como uno de los brasileños más brillantes, de clase A, como Ronaldo, Romario, Rivaldo o Ronaldinho -él añadió a Neymar- y no como los Matheus, Keirrison, Gustavo Maia y todos aquellos que pasaron sin pena ni gloria por la entidad, algunos sin ni siquiera debutar, clase Z.
«Ser capitán no consiste solo en llevar el brazalete, sino en ser un capitán dentro del vestuario: ayudar al equipo, escuchar a los jóvenes por si necesitan algo y escuchar también a los veteranos. Intento ayudar en todo lo que puedo»
«Ser capitán no consiste solo en llevar el brazalete, sino ser un capitán dentro del vestuario: ayudar al equipo, escuchar a los jóvenes por si necesitan algo y escuchar también a los veteranos. Intento ayudar en todo lo que puedo, en algunas cosas no puedo, pero estoy siempre en disposición de ayudar», explicaba Raphinha, convertido ahora en un modelo de referencia.