«En la vela ligera no hay otra clase en el mundo que pueda reunir a tanta gente», afirma el presidente de la Unió de Federacions Esportives de Catalunya (UFEC), Gerard Esteva, en la regata que ha concentrado este sábado 350 patines a vela en la playa del Somorrostro de Barcelona.
Como en un hormiguero, las embarcaciones han ido saliendo al agua a primera hora, para volver al mediodía, en un ambiente de fiesta en el que lo menos importante era la competición. Todas las velas llevaban inscrito el lema del encuentro ‘Por un mar libre de plásticos’. Entre los participantes, además de catalanes había personas procedentes de Valencia, Andalucía, Bélgica, Alemania y Francia.
Récord
La iniciativa parte de la UFEC. «Contactamos el director ejecutivo de la Copa América, Grant Dalton, que se mostró favorable a celebrar el primer encuentro de patines a vela en Vilanova i la Geltrú, en el que reunimos a 200. Dalton nos retó a llegar a los 300 en Barcelona», explica Esteva. Una cifra que se ha superado y que demuestra que «es una clase de vela muy accesible y popular, que sin duda tiene mucho futuro».
A raíz de la convocatoria, la UFEC asegura que ha recibido una gran demanda para realizar cursos, al igual que con la nueva modalidad de deporte de remo en el mar que está impulsando en Barcelona. «El pati a vela es una embarcación muy popular. Es muy económica y su práctica es muy accesible», destaca.
Los participantes, entre los que se mezclan antiguos y nuevos aficionados. Una de ellas es Olivia Mandler, activista medioambiental catalana de 17 años, protagonista del documental sobre el patí a vela y la conservación del océano que se presenta en el marco de este encuentro. La producción muestra a voluntarios que navegan en esta embarcación, de la que se explica sus orígenes y afición, recogiendo residuos del mar, en un proyecto en coordinación con el CSIC. «Es necesario realizar mucha educación ambiental entre los jóvenes, para que las cosas cambien», explica Mandler a EL PERIÓDICO.
Su proyección por Netflix espera dar a conocer internacionalmente este catamarán de 5,6 metros de eslora tan característico por no contar con timón, orza ni botavara, y que se gobierna con el uso del peso corporal.
«Estas tu, la vela y el mar, es muy sencillo, parecido al windsurf«, explica Anna Bordas, que anima a probar un deporte que transmite mucha conexión con el entorno. Navega con su embarcación Anatomic cada martes, jueves y los fines de semana. Las convocatorias las organizan el Club Patí a Vela junto con el Club Natació Barcelona, y en cada una de las jornadas se reúnen entre 20 y 30 patinaires. Contentos de reunirse con el resto de clubes catalanes e internacionales, también tienen ganas de volver a su rutina para reemprender su afición semanal.
Este domingo, los 350 patines volverán a salir al agua, en una nueva muestra nuevo espectáculo de afición .