No está, por motivos obvios, Roger Federer. Tampoco Rafa Nadal, al que solo le queda un torneo, la Davis, antes de colgar la raqueta. Y, por último, también falta Novak Djokovic, el único de los tres que se mantiene vigente en el ránking pero que renunció a la cita a pesar de estar clasificado. Así las cosas, la Copa de Maestros, el torneo que reúne a los ocho mejores tenistas de la temporada, no contará con la presencia de ningún miembro del Big Three por primera vez en 23 años.
Para poner en perspectiva, en 2001 el torneo se jugaba en Sidney y en el estaba, por ejemplo, Juan Carlos Ferrero, actual entrenador de Carlos Alcaraz. Es precisamente el murciano, junto con el actual número uno Jannik Sinner, los que han recogido el testigo de los tres mejores tenistas de la historia y ahora, ante su ausencia, ejercen de grandes reclamos en unas ATP Finals que arrancan este domingo en Turín.
Tanto Alcaraz como Sinner, que además juega como local, se han repartido todos los Grand Slams del año, siendo sin duda los dos mejores tenistas de la temporada. El italiano se apuntó el primero (Australia) y el último (US Open), ambos en pista dura, mientras que el español se hizo con Roland Garros y Wimbledon, además de la plata olímpica.
Todo el mundo espera verlos frente a frente, si puede ser en la final. Pero para ello, tendrán primero que superar la fase de grupos tras un sorteo que fue benevolente con ellos y evitó que se cruzaran a las primeras de cambio.
El murciano jugará finalmente contra Alexander Zverev (2º cabeza de serie), Casper Ruud (6º) y Andrey Rulev (8º) en el Grupo John Newcombe. Por su parte, el ídolo local (el torneo se juega en Turín) compartirá el grupo Ilie Nastase con Daniil Medvedev (4º), Taylor Fritz (5º) y Alex de Miñaur (7).
Un torneo muy europeo
El estadounidense Fritz y el australiano de Miñaur han evitado que Europa vuelva a colonizar todo el cartel del torneo que congrega a los mejores de la temporada. También son nacidos en el viejo continente los dos reservas: el búlgaro Grigor Dimitrov y el griego Stefanos Tsitsipas.
Una muestra más del poderío cada vez más creciente del Viejo Continente en el tenis mundial. De hecho, para encontrar la última vez que un jugador no europeo fue campeón del Masters masculino hay que remontarse a 2005 con el argentino David Nalbandian. Una mala racha para el tenis ‘del resto del mundo’ que, a la vista de la representación en el Masters, apunta a seguir creciendo.