Día de festejos, jornada de disgustos. Eso debe pensar Diego Pablo Simeone, al que dan pavor las celebraciones porque la cábala dice que no se maneja bien el Atlético en ambientes festivos. Por eso el técnico prefirió centrarse en el Alavés y no en los 700 partidos que sumaba como técnico atlético en este partido de sábado en horario indigesto.
De inicio el enésimo ejercicio de ‘cholismo’ con un once correoso y los fichajes en el banquillo. Apostó atrás por una línea de cuatro con Azpilicueta y Galán en los carriles escoltando a Lenglet y Witsel. Le dio las bandas a Llorente y Lino, alineando en la sala de máquinas la jerarquía de Koke junto al talento de Barrios. Y entregó las armas a dos merodeadores de área como Correa y Griezmann. Gallagher, Julián Álvarez y Sorloth lo veían desde el banquillo. Prescindía así de los cuatro grandes fichajes del verano, porque Le Normand sigue recuperándose de su golpe en la cabeza.
Gol de Guridi
Empezó el Atlético esperando al Alavés, al que dio la pelota y esperó en su campo. Demasiada cautela para un rival que debería ser accesible para los del Cholo si hubieran salido a morderle de inicio. Los primeros minutos rojiblancos fueron efervescentes, pero a los siete minutos una inoportuna mano de Galán en su área permitía a Guridi adelantar a los ‘babazorros’.
Pudo empatar Lino, que solo ha dado una asistencia hasta ahora, cuando a estas alturas del curso pasado sumaba cuatro goles y tres asistencias. Pero se topó el extremo con el larguero y a los de Simeone les tocó seguir remando a contracorriente. Enfrente Luis García ordenó a los suyos no replegarse ni un metro para mantener lejos de su área a los locales, que se desesperaban buscando espacios donde no los había. Al descanso concierto de pitos de la grada para los suyos, que apenas generaron dos disparos de Marcos Llorente que Sivera solventó con eficacia. Un incapaz Atlético perdía aburriendo al Metropolitano.
Revolucionó el once Simeone fiándolo todo a la fe de su hijo Giuliano y a la presencia de Sorloth. Vigor y área aparcando el ‘cholismo’ que le colocaba en una incómoda situación con un cero a uno que no corría peligro para los visitantes por más que los ‘colchoneros’ le metieran más picante al partido. La intensidad local se topaba con el trabajo oscuro y silencioso del doble pivote vitoriano con Blanco y Guevara.
Empate de Griezmann
Echó mano el Cholo de Julián Álvarez y De Paul para encomendarse a la épica y dar la vuelta a un marcador que premiaba la suficiencia defensiva de los alavesistas, donde el central Abqar se agigantaba. Le metió más cemento Luis García a su zaga apostando por un tercer central y en la primera jugada con la nueva disposición, caprichos del destino, Sorloth remató un balón que en el camino se topó con el brazo de Abqar, que fue desequilibrado en la lucha con el noruego. Penalti muy criticado por los visitantes que transformó Griezmann en el minuto 75.
Restaba un cuarto de hora muy largo para los vitorianos y muy corto para un Atlético acelerado en el que el frenesí de Giuliano se contagiaba a sus compañeros, que, de repente, se veían a un paso de la remontada. Simeone había deshecho su planteamiento inicial, pero había desperdiciado 45 minutos, si no sesenta. Y al final un pase en profundidad de De Paul a Sorloth terminó con un obús que dio al Atlético tres puntos que debía haber cazado antes si hubiera mostrado la ambición de la segunda parte durante todo el partido. Nada que objetar a un Alavés muy serio, coral y solidario que supo defender su renta hasta que el infortunio y Sorloth se cruzaron en su camino.