Llevaba una tarde más o menos plácida el Espanyol en Gran Canaria hasta el punto de merecer más que su rival, pero en tiempos de desgracia todo se suele torcer. Tuvo dos ocasiones claras el equipo perico para batir al Las Palmas antes de ser castigado por un gol de falta del exazulgrana Sandro que mantiene a los blanquiazules en la zona de descenso con una marca desastrosa de un punto de 27 posibles lejos de su estadio (1-0). No mereció perder el bloque de Manolo González en un partido plano y equilibrado, pero los males de siempre se repitieron. Los pequeños detalles acaban condenando a un equipo que cerró el año con otro drama.
El Espanyol se plantaba en el Estadio de Gran Canaria con la ilusión de sumar su primer triunfo lejos de Cornellà para dejar de ser el peor visitante de la Liga. Falta le hacía después de los dos últimos empates en casa ante Osasuna y Valencia, que acabaron sabiendo a poco, especialmente el sumado ante el cuadro levantino, aunque es cierto que pudo ser peor en un tramo final muy decepcionante de los pericos.
Ocasión de Puado
En Las Palmas esperaba Diego Martínez, el técnico que apenas duró 10 meses en el banquillo perico entre julio de 2022 y abril de 2023. Chen lo despidió con el equipo en una zona de descenso de la que ya no escapó. En el cuadro amarillo ha encontrado un mayor confort, todo le viene de cara y sonríe mucho más que en su época blanquiazul.
Manolo González apostó por dos cambios en su once, el esperado regreso de Pol Lozano (su presencia en la medular es clave) por Justin y Tejero en lugar de Jofre. Poca historia tuvo la primera mitad, con mucho miedo por parte de ambos equipos y una ocasión por banda, más clara la del Espanyol.
Un cabezazo fuera de Marvin fue el mejor intento local, mientras Puado desperdició un buen pase de Roca con un disparo demasiado sencillo para Cillessen. Sin mayores sobresaltos se llegó al descanso en un pulso tan tedioso que hasta el árbitro Soto Grande decidió prolongar apenas dos minutos cuando hubo múltiples interrupciones. A nadie le molestó.
Joan García, retratado
Movió el árbol Diego Martínez en el inicio de la segunda mitad, pero fue el Espanyol el que volvió a acariciar el gol con una clara ocasión de Roca. La definición volvía a fallar y Manolo se dejaba media vida en la banda. A media hora del final, el cuadro amarillo subió una marcha, algo lógico jugando en casa. Y el mazazo llegó con una falta de Cabrera que Sandro envió a la red con escasa oposición de Joan García, que tampoco colocó bien la barrera (m. 67).
Ahí acabó todo. El Espanyol se descompuso y pudo encajar el segundo en ocasiones de Fabio Silva y Kirian, mientras Manolo apostó incluso por el retorno de Expósito. No hubo manera. El partido fue la viva imagen de lo que representa el grupo blanquiazul, un conjunto voluntarioso y trabajado pero carente de inspiración y llegada.
Los pericos, con el técnico en la cuerda floja, se mantienen antepenúltimos, a solo un punto del Getafe, que marca la frontera de la salvación. El próximo año empezará con dos duelos en casa seguidos ante Leganés y Valladolid, dos citas que se antojan trascendentales para calibrar las opciones de seguir en Primera.