2021, 2022, 2023… y ahora, 2024. Cuatro temporadas de dominio abrumador, un rendimiento creciente y la sensación de que el techo de su rendimiento es infinito. En una época donde los héroes escasean en la Fórmula 1, Max Verstappen ha demostrado un año más ser el monarca absoluto del asfalto. En Las Vegas, el neerlandés revalidó su corona por cuarta vez en su carrera, un gobierno feroz que no permite competencia… hasta que el propio piloto decida abdicar. ¡Hasta entonces, larga vida al rey Verstappen!
2024 ha sido la confirmación de que Max Verstappen no solamente es uno de los mejores pilotos de la historia, sino que va camino de ser el mejor que haya piloto jamás un volante de Fórmula 1. La argumentación de muchos que acusaban los campeonatos del mundo del neerlandés por el rendimiento de su Red Bull ha caído por la borda en un año donde la escudería austríaca ha sido de todo menos la más rápida.
Un campeón de otro planeta
No hace falta más que mirar la posición de Checo Pérez -octavo por detrás de los Mercedes, Ferrari y McLaren- para valorar el mérito de un Verstappen que ha sido el verso libre de Red Bull esta temporada. Cuando su compañero de equipo hacía evidentes las carencias de un monoplaza muchas veces inferior a la competencia, el neerlandés minimizaba daños con hazañas propias del extraterrestre en el que se está convirtiendo con el paso de los años.
Al tetracampeón del mundo le ha valido con una bestial primera parte de campeonato para asegurar su ventaja en la cima de la clasificación durante todo el año. El campeonato debería haber peligrado visto el rendimiento de su monoplaza, aunque cuando su coche no respondía Max se aseguró de no perder ventaja con sus competidores hasta ser coronado como campeón del mundo por cuarta vez.
Los siete de Hamilton y Schumacher, en el horizonte
En Las Vegas, Verstappen consiguió su tan ansiado póker de coronas en la Fórmula 1. El neerlandés iguala a otras leyendas como Sebastian Vettel o Alain Prost con cuatro Mundiales y solamente tiene a otros tres monstruos por delante; Fangio, con cinco campeonatos; Hamilton y Schumacher, ambos con siete. Con apenas 27 años en su décima temporada en la Fórmula 1, el neerlandés entra en el Olimpo de la Fórmula 1 con toda una carrera por delante.
Consiguió su primer campeonato del mundo con 24 años; el cuarto lo ha logrado con 27. Su carrera se asemeja en este sentido a Vettel; el alemán consiguió su cuarto campeonato con 26 años tras cuatro años de dominio abrumador de Red Bull. Sin embargo, el teutón nunca peleó un mundial sin tener el mejor coche de la parrilla, algo que sí ha hecho Verstappen este año con Red Bull como tercera potencia en el campeonato de constructores.
En el punto de mira ya tiene su quinto campeonato en 2025 antes del prometedor cambio de normativa en 2026. Si algo parece evidente es que el dominio insultante de Red Bull es cosa del pasado, aunque siempre que Max esté a este nivel -y sus rivales desaprovechen tener un monoplaza más rápido que el suyo- cualquier cosa es posible. Con su edad, terminar la carrera como piloto con más mundiales de la historia no parece para nada una utopía.