De acuerdo con los documentos de adquisiciones federales, que obtuvo el portal estadounidense TMZ, se revela que gastarán un millón de euros para renovar los baños dentro del edificio del ala este de la Casa Blanca, el complejo que también alberga un cine privado y las oficinas de la primera dama actual, donde probablemente Jill pasará menos tiempo que sus antecesoras.
Además de la renovación de los baños, está programada una limpieza a fondo presupuestada en torno a 100,000 euros, al igual que una desinfección de alfombras en las 132 habitaciones del complejo, justo antes de la llegada de la nueva familia presidencial.
Hasta el momento, el portal ha revelado que la adjudicación del proyecto se llevará a cabo por Holmes Mechanical Contractors, una empresa local especializada en todo tipo de grandes reformas que ya tiene experiencia con la Casa Blanca y otros organismos federales.
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Al igual que Jill, al inicio de la era Trump, Melania exigió reformas para su dormitorio independiente aunque fue Donald Trump el que tuvo la última palabra sobre el color de las paredes, como reveló la directora de eventos Stephanie Winston Wolkoff, una de las ex mejores amigas de Melania en los años neoyorquinos.
Según Wolkoff, la Casa Blanca no estaba a la altura de lo que quería la primera dama, que, tras la última reforma, convirtió su parte del ala este en su espacio privado particular, con dormitorio, vestidor y tocador a su disposición, aparte de un gimnasio privado.