Paola Chaljub Then
Las mujeres hemos avanzado. Ciertamente nos faltan conquistas, pero también es cierto que se han generado grandes cambios positivos. El tiempo ha hecho lo suyo, el gobierno también pero el mayor esfuerzo nos corresponde a nosotras.
Somos protagonistas de una tendencia maravillosa que motiva a empoderarnos y a resolver con el fin de buscarle la vuelta a todo. En ese proceso, nos hemos vuelto más fuertes y más determinadas. Hemos perdido el miedo sin necesidad de echar un pulso absurdo con los hombres ni hemos dejado de ser mujeres en todo nuestro sentido.
La esencia femenina, la gracia, la dulzura, la ternura y la calidez propia de las mujeres no la hemos sacrificado.
La pasada semana investigando sobre este tema, di con números que sustentan estos avances y que demuestran que las inquietudes de las mujeres han encontrado apoyo en tantas iniciativas del gobierno.
Por ejemplo, el 63 por ciento de beneficiarios en Banca Solidaria son mujeres. Hablamos de que sólo el año pasado 5 mil 634 millones de pesos en préstamos cómodos, fueron puestos en manos de mujeres. Lo que en 2012 fueron 5 mil beneficiadas, en los cinco años de Danilo se convirtieron en 68 mil mujeres moviendo dinero, ingenio y voluntad de trabajo.
Si hablamos de salud, el sistema del régimen subsidiado de SENASA integra a 1 millón 331 mil 880 mujeres jefas de hogar. Nada más y nada menos que el 55 por ciento. En una institución en la que las mujeres ocupan el 59 por ciento de los puestos de trabajo.
De igual forma, esos avances no se quedan sólo en la ciudad. Las mujeres del campo han asumido un papel preponderante. En cada Visita Sorpresa del Presidente Medina, siempre hay rostros de mujeres que hablan y se destacan con mucha propiedad. El domingo pasado, Leonalda Valdespina fue una de más de cien mujeres que integran una asociación de productoras de cacao y que aspiran, con el apoyo del gobierno, a montar su fábrica de chocolate.
Las cifras trascienden los términos económicos del gobierno. Yo en cambio, las elevo al plano humano y social. Imaginen como cambia la vida de esas mujeres que sueñan y que encuentran el apoyo para llevarlo a la realidad. El semblante de una madre que suple las necesidades de sus hijos con su propio esfuerzo, es distinto. O la seguridad de una mujer independiente.
Por encima del respaldo que brinda el gobierno y el trabajo de las mujeres, resulta incalculable el valor del ejemplo de superación y la inspiración que regalan a muchas otras mujeres más. Eso, para mí, cubre de parte y parte la verdadera cuota de las mujeres.