MEDIO AMBIENTE
La entidad señaló que los incendios forestales, que provocan daño a la flora, la fauna y el medio ambiente en sentido general, históricamente tienen mayor incidencia en el país desde mediados de enero hasta finales de abril, y desde junio hasta principios de septiembre.
El encargado del Programa Nacional de Gestión y Manejo del Fuego, Gerónimo Abreu, acotó que los incendios son más frecuentes en la vertiente sur de la Cordillera Central, en la Sierra de Bahoruco, Sierra de Neiba, en Los Haitises y en la zona correspondiente a San José de las Matas, Santiago Rodríguez, Dajabón y Restauración.
Abreu puntualizó que 90 % de los incendios forestales que se producen en el país son causados por actividades humanas, bien sean generados intencionalmente para la ampliación de áreas agropecuarias o por negligencia, sobre todo en las quemas agrícolas. Además, fogatas mal apagadas, quema de basura, trabajos forestales, entre otros.
Abreu precisó que una comisión de bomberos forestales recibió entrenamientos para continuar la cooperación técnica con el Cuerpo de Bomberos Militares de Brasilia, Brasil, y así reforzar los trabajos que se realizan en el país como parte del compromiso del Ministro Miguel Ceara Hatton de fortalecer y eficientizar las labores de dicho personal, unos 300 hombres que velan por la protección de los bosques.
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¿Cómo evitar incendios forestales?
Para evitar los siniestros, el asesor en la materia para el Ministerio, Carlos Batista, detalló que “sobre los vacacionistas, senderistas, la mayoría de esas actividades se producen dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas y la ley en eso es bastante clara; define lo que son las zonas de uso público y dentro de ellas se establecen las áreas para acampar y dentro de ellas, las de chimeneas, para prender fuego. Entonces, a los visitantes o turistas, cuando solicitan para entrar a un área protegida, que es en una determinada fecha, se les envía una información educativa en la que se le dice: mira, no se puede prender fuego en cualquier parte y velar porque ese fuego que dejaste dentro de la zona permitida sea seguro para que no se escape una chispa o algo por el estilo y te provoque un incendio forestal”.
Sobre los campesinos en las zonas rurales para la habilitación de predios agrícolas, Batista puntualizó que el organismo encargado de velar por el medio ambiente y los recursos naturales realiza campañas periódicas sobre el uso forestal, con las que se les educa y se busca crear conciencia, además, sobre la peligrosidad del encendido de fuego, “aunque sean sus terrenos. Es clara la ley en ese sentido”.
Batista alentó a los agricultores a cambiar el uso del suelo en las zonas altas de producción y plantar cultivos frutales o maderables, a diferencia de los productos sembrados en la parte llana.
Sobre la Estrategia Nacional de Manejo de Fuego para la República Dominicana
La Constitución, en su artículo 17, declara de prioridad nacional y de interés social la reforestación del país, la conservación de los bosques y la renovación de los recursos forestales.
En tal sentido, la Resolución 0008-2022, firmada por el entonces Ministro Orlando Jorge Mera, contempla en el manejo del fuego la integración holística de programas de protección contra incendios forestales, el uso del incendio, la conservación de la biodiversidad, las necesidades de las comunidades rurales que lo utilizan y la preocupación de quienes se ven afectados por el mismo.
Es por eso que se implementó la Estrategia Nacional de Manejo del Fuego para República Dominicana 2021-2030 y su Plan de Acción, como instrumento de política y de gestión con el objetivo principal de establecer las pautas para el manejo responsable del fuego, a fin de contrarrestar los efectos negativos de la incidencia de los incendios forestales en el territorio nacional.
Otros daños al medio ambiente
Las medidas tomadas por Medio Ambiente responden, además, a que los incendios forestales provocan graves daños medioambientales por la destrucción de la cubierta forestal, la muerte y huida de animales y la pérdida del suelo fértil. Producen también avance de la erosión, desaparición de ecosistemas, aumento en las emisiones de CO2 a la atmósfera y desertificación.