Apple obtuvo dos patentes que mencionan la capacidad de sus futuros productos para medir diferentes factores como el azúcar en la sangre del usuario e incluso podrían alertar a los usuarios sobre gases tóxicos a su alrededor.
La primera patente menciona sensores capaces de detectar gases tóxicos en el aire. La segunda patente es más explícita sobre la detección de los niveles de azúcar en el usuario que usa el producto al «oler» y detectar partículas especiales en el ambiente y en la piel.
Los sensores descritos en la primera patente mencionan la detección de gases tóxicos que podrían ser inhalados por el usuario y causar enfermedades o padecimientos. Apple dice que su sensor patentado es mejor que las actuales formas de detectar partículas en especial para usarse en dispositivos móviles.
La segunda patente dice que su utilidad abarca diferentes áreas como la salud y seguridad. Apple dice que además de alertar sobre los gases peligrosos, también podría tomar el sudor del usuario y medir el nivel de azúcar en la sangre.
Apple no menciona en estas patentes qué productos exactamente usarían los sensores, pero el iPhone y Apple Watch serían los más indicados para ello porque son los más enfocados a la salud y actividad física del usuario. El reloj inteligente de la manzana, en su más reciente generación (Apple Watch Series 4) agregó un electrocardiograma para detectar posibles padecimientos del corazón.
Una patente no es prueba de que estas características descritas vayan a llegar a sus productos; las compañías suelen patentar ideas pero nunca llevarlas a sus productos reales y solo servirían como medidas para protegerse de sus rivales en caso de que hagan una idea similar.