República Dominicana tiene plan para reducir obesidad, pero no se aplica

La República Dominicana cuenta con un Plan Intersectorial de Prevención de Obesidad el cual fue presentado en el año 2017 y se extiende hasta 2021 con una serie de acciones que buscan detener el aumento de la obesidad en la niñez y la adolescencia, y entre otras cosas, promueve la alimentación saludable, así como políticas fiscales y reglamentación de la publicidad que incita al consumo de productos comestibles nocivos para la salud.

Dicho plan parte de un problema: el 70 por ciento de los adultos y el siete por ciento de los niños dominicanos sufren de sobrepeso u obesidad, según datos del Ministerio de Salud Pública de ese año.

Algunas publicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) concuerdan en que los factores más importantes que promueven el aumento de peso y la obesidad, así como las enfermedades no transmisibles como la hipertensión y la diabetes, son el consumo elevado de productos de bajo valor nutricional y contenido alto de azúcar, grasa y sal, como bocadillos, aperitivos, snacks y la comida rápida, así como la ingesta habitual de bebidas azucaradas y actividad física insuficiente.

De acuerdo a una publicación de la revista científica The Lancet del año 2014, en relación a la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la región entre la población de menores de 20 años en hombres y mujeres, Costa Rica es el país que presenta mayores índices, seguido de Belice y República Dominicana.

En este sentido, el Plan también contempla acciones que promueven la atención primaria de salud, la promoción de la lactancia materna, la habilitación de espacios de recreación en las zonas urbanas y escuelas para la actividad física, así como políticas fiscales y reglamentación de la publicidad y etiquetado de alimentos, la mejora del acceso a productos frescos y el control de la exhibición de las bebidas azucaradas.

AIRD dice plan no se socializó

No obstante, según reseñas de prensa de julio del año pasado, miembros de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) le manifestaron al actual ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, su inconformidad, con el Plan, alegando que fue emitido sin canalizar el diálogo con los sectores afectados, alegando que el mismo incrementaría la informalidad y reduciría la competitividad.

Para el año 2016 el exdirector del Servicio Nacional de Salud (SNS), Nelson Rodríguez Monegro, que en su momento era viceministro de Salud Colectiva, había propuesto el inicio de un diálogo amigable con diversos sectores, principalmente con restaurantes y fabricantes de productos con un alto contenido de sal, a fin de que dentro de sus programas de responsabilidad social trataran de reducir el sodio en los alimentos para el consumidor. En ese entonces, resaltó, que las enfermedades crónicas no transmisibles son la causa del 80% de la morbimortalidad.

Pocas acciones concretas

A la fecha se han visto pocas acciones concretas para la aplicación de dicho plan, con excepción de la propuesta de ley aprobada recientemente por la Cámara de Diputados que modifica la Ley General de Salud 42-01, añadiéndole dos artículos, con el objetivo de regular las advertencias publicitarias en las entradas de los establecimientos de expendios de comida rápida.

La pieza que pasó al Senado, contempla la colocación de letreros de advertencia publicitaria con la siguiente leyenda: “El consumo de alimentos procesados de alto contenido calórico y bajo valor nutricional, provoca obesidad, problemas cardiovasculares y de diabetes”.

Representante de la OPS en el país ha exhortado a la acción

La representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el país, Alma Morales Salinas, ha insistido en varios escenarios sobre la necesidad de promover políticas públicas tendentes a regular la publicidad de los alimentos, específicamente en relación a la reglamentación de los etiquetados y a restringir en las escuelas la disponibilidad de productos alimenticios procesados de alto contenido calórico y bajo valor nutricional y de bebidas endulzadas con azúcar.

La especialista favorece la colocación de impuestos a la comida chatarra y restricciones para su comercialización. “Un alza de los impuestos puede ayudar a reducir el consumo de bebidas azucaradas y alimentos poco saludables porque se traduce en un aumento en los precios de estos productos”.

Asimismo, llama a mejorar el acceso a los espacios recreativos con la creación de “ciclovías recreativas” e incrementar la disponibilidad de alimentos frescos, desarrollando programas que brinden apoyo a granjas agropecuarias pequeñas y medianas.

Dos sociedades médicas advierten problemática

Las presidentas de las sociedades de Cardiología y de Endocrinología dijeron a elCaribe que la introducción masiva de negocios de hamburguesas, pizzas, pollo frito y otros alimentos ultraprocesados, ha contribuido con el incremento de las tasas de obesidad y sobrepeso en niños y adultos, casi similar a la de los países desarrollados.

“Ese aumento del sobrepeso y la obesidad en la niñez y en la adolescencia está siendo acompañado de un aumento de los casos de diabetes mellitus tipo dos que en el pasado eran más frecuentes en las personas adultas, después de los 45 años. Hoy en día estamos viendo más jóvenes diagnosticados con enfermedades como la diabetes tipo uno. Un niño que desarrolla diabetes será un futuro cardiópata muy joven, antes de los 20 ó 30 años”.

Vía:elcaribe.com.do

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