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Australia sigue dando pasos pioneros para limitar el poder de los gigantes tecnológicos. El gobierno laborista del primer ministro Anthony Albanese aprobó este jueves un nuevo impuesto con el que obligará a todas las plataformas digitales que ingresen anualmente más de 250 millones de dólares australianos (unos 152 millones de euros), entre ellas compañías como Google, Meta o ByteDance, propietaria de TikTok, a financiar a los medios de comunicación nacionales.
En 2021, el país oceánico impuso una normativa que fuerza a los pesos pesados de Internet a pagar por compartir las noticias de las empresas mediáticas. Obligadas, Google y Meta llegaron a un acuerdo económico con el que inyectaron el equivalente a unos 190 millones de euros en periódicos, radios y canales de televisión australianos. Sin embargo, la compañía que controla Facebook, Instagram y WhatsApp anunció en marzo que no renovará su contrato con los medios, que vencen a finales de año.
Evitar el escaqueo
Consciente de que más plataformas pueden aprovecharse de que el News Media Bargaining Code (Código de Negociación con los Medios de Noticias) expira en tres semanas, el Ejecutivo laborista ha optado por instaurar una tasa como «incentivo» que certifique la compensación económica a los medios. Con ello, Google, Meta y demás deberán elegir entre abonar esa tarifa fija o suscribir acuerdos directos con las empresas informativas.
La magnitud del impuesto aún está por determinar, si bien el ministro de Servicios Financieros, Stephen Jones, ha puntuado que será «de millones, no de miles de millones». Aun así, esa cuantía será superior a lo que las plataformas pagarían a través de un acuerdo directo con los medios, con lo que se las incentiva a negociar con los editores en lugar de abonar la tarifa al Gobierno, que asegura no tener intención de recaudar ingresos a través de ella.
Meta ha denunciado que la ley actual es «defectuosa», pues no entiende que la mayoría de usuarios de Facebook e Instagram no buscan noticias. «Nos sigue preocupando que se cobre a una industria para subvencionar a otra», ha dicho en un comunicado. Google, por su parte, ha asegurado que ya se ha comprometido a renovar sus acuerdos con más de 80 empresas periodísticas para financiar a 218 medios.
Impulsar el periodismo
Con esta serie de medidas, Australia pretende dar un empuje al periodismo, cuyo negocio se ha visto duramente golpeado por Google y Meta. Ambos gigantes no solo se lucran de la compartición de contenidos periodísticos, sino que además han terminado por repartirse el pastel de la publicidad digital, el negocio en el que se basan la inmensa mayoría de medios de comunicación. Tras un año en el que ha despedido a unos 1.000 trabajadores, el sector mediático ha celebrado la decisión del Gobierno.
Para evitar que la introducción del impuesto pueda terminar perjudicando a los editores más pequeños, Jones ha recalcado que las plataformas digitales afectadas «no pueden compensar su responsabilidad en virtud de este acuerdo mediante un gran acuerdo con un único medio de comunicación» más grande.
El Gobierno espera que ello fuerce a esas compañías a dar más visibilidad a las noticias. «Las plataformas digitales reciben enormes beneficios económicos de Australia, y tienen la responsabilidad social y económica de contribuir a que los australianos tengan acceso a un periodismo de calidad», ha dicho el ministro en un comunicado.
La presidenta del sindicato australiano de medios de comunicación, Karen Percy, ha pedido más transparencia a los medios de comunicación, advirtiendo que los fondos recibidos de las plataformas deben «apoyar el trabajo de los periodistas» y no «para recompensar a los accionistas o para primas corporativas o inflar los beneficios de las empresas».
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