Álvaro Pintado, a sus 20 años recién cumplidos este noviembre, se ha convertido en un joven emprendedor para sacudir los cimientos de la industria tecnológica con una startup que planta cara a gigantes como Google, Microsoft y Amazon. Se llama Hello.app y su modelo de negocio se basa en la creación de una red de almacenamiento descentralizada que ya está siendo apodada como el «Airbnb de los datos».
Empezó la búsqueda de inversores con un power point y picando puertas como IESE, ESADE, Castiventures o Bcombinator. Montones de presentaciones con el objetivo de levantar dinero: “Recibimos 100 ‘no’ y dos ‘sí’». Al final consiguieron, con su socio, captar un capital de 300.000 euros durante la primera ronda. Destinaron una parte a adquirir el dominio, la compra «más grande de la historia», dice.
“Empecé de cero, presentándome como un chaval que apenas sabía nada, pero que tenía una idea clara: hay que redistribuir el poder del almacenamiento de datos«, reivindica. Critica que multinacionales como Google, Amazon y Microsoft «tienen básicamente granjas centralizadas que dominan todo internet». «Controlan la información, los precios, todo. Necesitamos alternativas que empoderen a las personas, porque es ahí donde el poder debería haber estado siempre”, clama el joven, con la convicción de quien ya ha respondido esta pregunta mil veces. “Quiero tener este control y que no dependa únicamente de tres compañías que monopolizan la información e Internet y de las que todas dependemos”, insiste.
El concepto es tan sencillo como disruptivo. Tal y como Airbnb conecta a quienes tienen casas con quienes necesitan alojarse, Hello.app conecta a quienes tienen espacio de almacenamiento sobrante en sus dispositivos (móviles, tablets, ordenadores) con quienes necesitan espacio para guardar sus datos. “Es una red peer-to-peer, de persona a persona, que nos permite aprovechar el hardware que ya existe para almacenar información, sin necesidad de depender de grandes servidores centralizados”, resume Pintado.
Esta innovación además reduce costes y aumenta la accesibilidad para usuarios de todo el mundo. “Todo lo que vemos en internet —aplicaciones, fotos, webs— está almacenado en algún lugar. Quien controla ese almacenamiento tiene un poder inmenso sobre la información, la narrativa y, en última instancia, sobre nosotros mismos. La descentralización no es solo un cambio técnico, es un cambio de paradigma”, afirma.
Un dominio a precio de oro
Para consolidar su idea, Álvaro tomó una decisión polémica: invertir 115.000 euros en la compra del dominio hello.app, un movimiento que muchos criticaron. “Fue la compra más cara de un dominio en la historia de España, y claro, la gente no lo entendió al principio. Incluso algunos socios estaban en contra. Pero yo lo tenía claro: este dominio era clave para nuestra identidad, nuestra marca y nuestro posicionamiento. Ahora ya hemos recibido ofertas para comprarlo que multiplican por tres lo que pagamos en su día”, comenta con una mezcla de orgullo y satisfacción.
El dominio, sin embargo, es solo la punta del iceberg. La compañía trabaja en el algoritmo que promete optimizar aún más la red descentralizada. Empresas de todo el mundo ya han mostrado interés tanto en el dominio como en la tecnología subyacente. Hello.app cuenta con un 35% de usuarios en Estados Unidos, otro 30% en Europa y el resto repartido por todo el mundo. Actualmente, solo está disponible como aplicación web, pero Álvaro anticipa que el lanzamiento de las versiones para iOS y Android, previsto para principios de 2025, multiplicará por diez el número de usuarios. “Hablamos de un crecimiento potencial que podría llevarnos de los 200.000 usuarios actuales al millón en nuestro primer año completo”, explica.
La juventud como arma de doble filo
La juventud le ha permitido diferenciarse frente a cientos de emprendedores más experimentados, pero también le ha jugado en contra. “Cuando buscas financiación, siempre está la duda de si alguien tan joven podrá manejar algo tan grande. Es normal. Pero también puede ser una ventaja: destacas por ser diferente, y si además demuestras conocimiento y seguridad, puedes compensar esa falta de experiencia”, reflexiona.
Y eso es exactamente lo que ha hecho. Pintado ha presumido de dominio del sector tecnológico, especialmente en el ámbito de la Web3, para convencer a los inversores más escépticos. “No puedes competir en experiencia, pero sí en conocimiento. Siempre hemos intentado ser los mejores en nuestro campo, y eso se nota”, asegura.
Aunque podría haber elegido cualquier lugar del mundo para establecerse, sigue teniendo sus raíces bien plantadas en Sant Cugat del Vallès, donde reside y donde se encuentra la sede central de Hello.app. “Somos siete personas trabajando presencialmente en Barcelona, pero nuestro modelo de código abierto nos permite colaborar con más de 50 desarrolladores de todo el mundo, desde China hasta Stanford”, explica. Este enfoque global no ha diluido su conexión con su ciudad natal, que sigue siendo un pilar fundamental para él, aunque dice podría haber nacido en «L’Hospitalet o en Santa Coloma y hubiera hecho el mismo trabajo».
Pintado tiene claro hacia dónde quiere llevar su compañía. En cinco años, visualiza a Hello.app como una empresa unicornio, es decir, una startup valorada en más de mil millones de dólares. “Nuestro objetivo es claro: plantar cara a los grandes del sector y estar presentes en todos los dispositivos del mundo. No hay otra alternativa”, sentencia con determinación. Con una visión tan ambiciosa, un equipo global y una tecnología disruptiva, Álvaro Pintado aspira a transformar para siempre la forma de ver el almacenamiento de datos en el mundo.
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