Francia anunció este jueves multas de 100 millones de euros (120,9 millones de dólares) para Google y de 35 millones de euros (42,3 millones de dólares) para Amazon por sus respectivas políticas de ‘cookies’ e insta a los dos gigantes estadounidenses de internet a cambiar sus prácticas bajo la amenaza de nuevas sanciones.
La CNIL, el organismo francés de vigilancia de la actividad digital, explicó en sendos comunicados que esas multas se justifican, en particular, por la introducción automática en los ordenadores de los usuarios que se conectan a sus páginas web de esos ficheros con objetivos publicitarios.
La Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) insistió en que ‘ese tipo de ‘cookies’ no se pueden instalar sin que el usuario haya manifestado su consentimiento’.
Además, consideró que las ventanas informativas sobre las ‘cookies’ no ofrecían ‘ninguna información’ a los usuarios sobre las que ya se habían instalado en sus ordenadores desde el momento en que se habían conectado a las páginas internet de las empresas.
Por último, la CNIL reprochó a Google que incluso cuando se desactivaba la personalización de los anuncios, una de las ‘cookies’ publicitarias seguía almacenada en la computadora y continuaba registrando contenidos para el buscador.
Según sus cálculos, las prácticas de Google, que obtiene ingresos publicitarios indirectamente gracias a las informaciones recopiladas con esos instrumentos, han afectado a ‘cerca de 50 millones de usuarios’ en Francia.
El organismo regulador insistió en la ‘gravedad’ de las infracciones cometidas por ambos grupos, que desde el pasado 20 de septiembre ya han modificado su política de ‘cookies’.
Sin embargo, con esos cambios, los internautas siguen sin poder entender la finalidad de esos elementos.
Por eso les emplaza a modificar las ventanas de información a los clientes en el plazo de tres meses. Si no lo hacen, les impondrá el pago de 100.000 euros por cada día de retraso.
En enero de 2019, la CNIL ya había impuesto una multa de 50 millones de euros a Google por falta de transparencia, información incorrecta y ausencia de consentimiento en la publicidad personalizada.
En una primera reacción a esta nueva sanción, Google se quejó de que la CNIL ‘pasa por alto’ los esfuerzos que hace para ‘facilitar desde el principio información y controles claros, una sólida gobernanza de los datos a nivel interno, una infraestructura segura y, por encima de todo ello, productos útiles’.
El gigante estadounidense también hizo notar que la decisión del organismo regulador ‘no tiene en cuenta el hecho de que las normas francesas y la orientación reguladora son inciertas y están en constante evolución’.
Amazon, por su parte, se manifestó ‘en desacuerdo’ con el dictamen del organismo francés porque afirma que ‘proteger la privacidad de (sus) clientes’ es una de sus ‘principales prioridades’.
‘Actualizamos continuamente -añadió Amazon- nuestros protocolos de privacidad para asegurarnos de que satisfacen las necesidades y expectativas cambiantes de clientes y reguladores en pleno cumplimento con todas las leyes aplicables en cada país en el que operamos’.