La voz es el instrumento más preciado de todo cantante. Para Maria Arnal es mucho más. La polifacética intérprete y compositora catalana sigue adentrándose en el océano de oportunidades artísticas que brinda la inteligencia artificial (IA) con un nuevo proyecto que se sirve de esta tecnología para desligar la voz del cuerpo y crear así sonidos imposibles nunca antes escuchados.
¿Qué pasaría si tu laringe fuese el doble de larga? ¿Y si pudieras moldear tus cuerdas vocales a tu antojo? Aunque en el mundo tangible ese escenario es irrealizable, la IA ha roto esa frontera. ‘Impossible Larynx’ es una réplica digital del tracto vocal de la artista que le permite ir modificando sus parámetros para experimentar con los límites físicos y ampliar sus posibilidades, generando sonoridades que van más allá de lo humano. «Desde la óptica de la ciencia no tiene lógica crear cuerpos imposibles, pero a mí me permiten dar forma a voces sin cuerpos», explica Arnal en una charla con EL PERIÓDICO. «La voz puede ser más que nunca un instrumento musical».
Este prototipo pionero ha sido desarrollado por el Barcelona Supercomputing Center (BSC), el mayor centro de supercomputación del sur de Europa. Procesa audio en tiempo real y, mediante técnicas de aprendizaje automático, convierte la laringe de Arnal —su doble virtual— en un sintetizador vocal, una nueva herramienta musical «con tantos usos como la creatividad te permita». En total, asegura, han diseñado los modelos de «unas 400 Marias«.
Gracias a la IA, la voz puede ser más que nunca un instrumento musical
Arte y ciencia
‘Impossible Larynx’ es el resultado de casi un año de experimentación que ha sido posibles gracias a la beca S+T+ARTS AIR, un proyecto europeo para artistas que busca tender puentes con la ciencia. «El BSC quería investigar la voz y Maria quería explorar los caminos de la IA», explica Sol Bucalo, ingeniera del equipo de visualización de datos del Centro Nacional de Supercomputación. El ‘match’ fue instantáneo. «Jugar en esa intersección genera un respeto mutuo entre disciplinas y de ahí nacen buenas ideas de futuro», añade Fran Iglesias, gerente de Fundación Épica La Fura dels Baus. «Los artistas son el motor de la I+D«.
Temor y creatividad
La irrupción de la IA generativa está despertando muchos temores entre la comunidad artística. Estrellas como Bad Bunny o Drake han denunciado el uso de programas de audio sintético que duplican su voz sin consentimiento para crear canciones virales. Arnal entiende esa preocupación, pero ha optado por querer aprender más de la IA para domarla como un nuevo instrumento. «Las nuevas tecnologías requieren una nueva creatividad«, remarca.
Ese camino de exploración tecnológica empezó en 2021, cuando se alió con la artista experimental estadounidense Holly Herndon para producir su particular versión del ‘Cant de la Sibil·la’, una reinterpretación electrónica y con voces artificiales del canto gregoriano de la Edad Media. El tema fue incluido en su último álbum junto al músico Marcel Bagès, ‘Clamor‘. Herndon le mostró cómo se puede cantar en directo con una voz ajena, una posibilidad trascender el cuerpo humano fascinó a la catalana. «No sabía que se podía hacer eso», pensó. El año pasado, Arnal dio forma a una instalación musical inmersiva que permitía a las participantes interactuar a tiempo real con una IA entrenada con su voz para crear un coro conjunto. Fue el inicio de su alianza con el BSC.
Las nuevas tecnologías requieren una nueva creatividad
Música e impacto social
Esa colaboración impregnará el nuevo álbum de Arnal, el primero de su «nuevo camino» sin Bagès al lado. «Quiero integrar toda esa investigación sobre IA y voz en el imaginario de mis canciones», explica. Quienes quieran sumergirse en su nueva creación podrán hacerlo el 26 y 27 de octubre en Badalona en el AIR S+T+ARTS FESTIVAL –proyecto dentro del Festival The Gate-, un evento organizado por Fundación Épica en colaboración con siete socios europeos como el BSC, el Centro de Computación de Alto Rendimiento de Stuttgart o el laboratorio de ciencias computacionales de Sony. Para el álbum, sus fans tendrán que esperar. «El año que viene pasarán cosas», adelanta en tono enigmático.
Esa sinergia también pretende abrir la puerta a iniciativas con impacto social. Así, el modelo alumbrado entre Arnal y el BSC podría crear voces sintéticas para jóvenes con parálisis cerebral. «Con esta tecnología podríamos ayudarles a hablar, a tener la voz que quisiesen», imagina la intérprete. El BSC ya trabaja con personas que están haciendo la transición de género con tratamientos hormonales que les cambian la voz. «Puede ser útil para guardar esa voz que has dejado atrás y recuperarla para crear canciones», añade.
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