En Netflix han ido subiendo precios de forma sostenida e inmisericorde cada (aproximadamente) dos años. Lo hicieron en octubre de 2017, en junio de 2019 y ahora otra vez en octubre de 2021. El patrón siempre ha sido el mismo: la suscripción básica se mantiene como estaba en 7,99 euros al mes, pero el plan Estándar sube un euro en cada ocasión, y el plan Premium sube dos.
Eso ha hecho que hoy en día utilizar ese plan Premium no salga precisamente barato: ya cuesta 17,99 euros cuando hace algo menos de cuatro años —antes de la subida de octubre de 2017— costaba 11,99 euros. Seis euros de diferencia (un 50% de incremento) que, la verdad, duelen.
Esa subida se une al hecho de que hoy por hoy hay una oferta de servicios de streaming que es más potente que nunca. La llegada de Disney+, la renovada apuesta de HBO con HBO Max, y por supuesto alternativas como Prime Video, Apple TV+ o Filmin hacen que los usuarios tengan cada vez más opciones a la hora de ver lo que quieren y cuando quieren… si pueden pagar por ello.
La compentencia ha tenido desde luego impacto en el crecimiento de suscriptores de Netflix, que sigue un ritmo ascendente pero que ha visto frenado ese ritmo de forma notable en los últimos trimestres. En el segundo trimestre se estima que Netflix cuenta con 209,18 millones de suscriptores en todo el mundo.
La clave para subir precios sin que haya picos en cancelaciones o en los índices de satisfacción es convencer a los clientes de que siguen disfrutando de un servicio excelente, y Netflix parece haber logrado hasta ahora ser convincente. La pregunta es si logrará seguir haciéndolo al mismo ritmo que crecen sus precios, y aquí hay un elemento clave: las cuentas compartidas.
Las cuentas compartidas compensan, pero quizás no sigan haciéndolo mucho tiempo
Netflix, como sus competidoras, nos lo pone fácil. Si quieres desconectarte un mes porque no vas a usarlo puedes hacerlo fácilmente. No hay cuotas de permanencia ni ataduras reales, y lo mismo ocurre con otros servicios que realmente puedes alternar para irte suscribiendo solo a aquellos servicios que vas a disfrutar durante ciertas temporadas.