Los negocios de Nokia se han reducido hasta un 20% en los últimos ejercicios, así que la compañía finlandesa ha presentado un plan de despidos que afectará a unos 14.000 trabajadores a nivel global para reducir costes.
Ahora que Nokia ya se atreve incluso a fabricar smartphones en Europa, parece que a su alrededor no todo es tan bueno como lo pintábamos, pues según nos cuentan los compañeros de Phandroid, esa clara y decidida apuesta por el 5G quizás haya pinchado la burbuja y acabado por obligar ahora a reestructurarse de forma importante al fabricante nórdico.
Y no nos referimos al cambio de imagen, el primero en casi 60 años, que vivimos a principios de este 2023, sino a algo menos anecdótico y más doloroso como el despido masivo de unos 14.000 empleados que ya se estaría negociando y que nos anticipaban desde Reuters hace ya unos días.
La decisión ya está tomada, y el mismísimo presidente ejecutivo de Nokia, Pekka Lundmark, justificada la decisión y explicaba las circunstancias:
La situación del mercado es realmente desafiante ahora, y lo atestigua el hecho de que en nuestro mercado más importante, que es el de los Estados Unidos, nuestras ventas netas han bajado un 40% en el tercer trimestre [de 2023].
El principal causante de este problema es la enorme burbuja creada por el salto a la conectividad 5G, que en su gran mayoría ya se produjo con ventas masivas en ejercicios anteriores, reduciendo ahora la demanda de dispositivos de forma muy notable.
No sólo eso, y es que la escalada de tensiones geopolíticas, las crisis globales que llevamos encadenando varios años y la inflación desmedida han contribuido obviamente a empeorar todavía más el escenario.
Cabe recordar que Nokia no sólo vende smartphones y/o dispositivos móviles, sino que también obtiene ganancias en base a patentes relacionadas con el 5G así como vendiendo soluciones de red Wi-Fi y equipamiento 5G de todo tipo, con todos sus principales nichos de mercado cayendo estrepitosamente en torno a un 20%.
Y hablando ya de cifras, nos cuentan que Nokia eliminará aproximadamente 14.000 puestos de trabajo en todas sus divisiones y en todas sus ubicaciones a nivel global para pasar de unos 86.000 empleados a unos 72.000, con el fin de ahorrar unos costes que se estiman en unos 800 millones de euros para el próximo ejercicio, y de hasta unos 1.200 millones anuales más o menos para 2026.
No es el primer fabricante tech ni tampoco será el último, por desgracia, en ajustar sus negocios y costes productivos, pues hace poco que incluso Qualcomm también anunciaba la salida de unos 1.200 empleados por la «continua incertidumbre en el entorno macroeconómico y la crisis de demanda».